#ElPerúQueQueremos

Sobre sexo, identidad y clasificaciones (2)

Publicado: 2011-09-01

Aquí continúa la reflexión sobre las identidades sexuales.

Los parlamentarios franceses que se opusieron a los libros escolares que tocaban el tema de la identidad sexual argüeyeron entre otras cosas que la "teoría del genero" provenía de los Estados unidos, donde era promovida por feministas que de seguro querían conducir a nuestros jóvenes por los malos caminos de la perversión sexual... o como dijeron con mayor elegancia : "a practicar nuevas experiencias sexuales".

Ya hemos visto de qué habla esa teoría (i.e. la identidad sexual como producto sociocultural), pero el tema da para más.

Habíamos definido con mayor exactitud lo que diferenciaba la identidad sexual de la identidad sexuada (anatómica) y de la orientaciones sexuales (práctica de la sexualidad). No obstante, pecaríamos por omisión si no tratásemos el tema de las repercusiones individuales y sociales de la identidad sexual.

En el  universo dirigido por los consevadores cristianos, una galaxia un tanto peculiar (y en la que vivimos), las cosas son muy claras : Díos creó al hombre y la mujer, y cada uno de ellos tiene un papel, él trabaja y ella cría a los hijos.

Así pues la moral tradicional,  cristiana y conservadora, además de clasificarnos de manera dicotómica, maníquea y cerrada, entre hombres y mujeres (más allá se encuentra el pecado, la transgresión y el infierno de los degenerados) nos asigna un papel según esa identidad. El hombre es racional, reflexivo, fuerte, es el "pater familias" (¿con derecho de vida y muerte sobre su mujer e hijos?), mientras que la mujer es frágil, en lo ideal educada y cuidadosa, tienen que ser mujer de su casa, buena cristiana, buena mamá.

Charito de Al fondo hay sitio (un reservorio fabuloso para los estudios sociológicos) es el summun del prototipo de la mujer peruana idealizada : cocina abundantemente, sirve el desayuno abnegadamente, tiende la ropa, y además sabe barrer ! Ese es su mundo, más allá se le nubla la vista. Es un esperpento de mujer, una cucufata empedernida cuya salvación sólo provendrá de los hombres, de su marido o de su amante. Además, es una mujer que sufre, una mujer dolida, pía, piadosa y lamentable, ¿qué podemos pedir de más a una mujer en nuestras sociedades profundamente falócratas? ... "con esa señorita me caso yo", decía la canción infantil...

Pero no es así, Simone de Beauvoir escribía en el Deuxième sexe que una no nacía mujer, sino que lo devenía. No sé si será cierto pero lo que sí lo es es que no se educa a una mujer como a un varón. Ella tendrá su cocinita, soñará con casarse (como Grace de Al fondo hay sitio) y si tiene suerte trabajará en algún empleo del rubro del "care" (es decir "atención y/o cuidadado" de los otros) : será ama de casa, cocinera, enfermera, secretaria, tal vez profesora... y se le orientará desde pequeña para ello (en Francia hay menos niñas en las secciones científicas aunque sean mejores en matemáticas (1)). En otros modos su universo de posibilidades ya está lamentablement determinado, es un mundo hermético : el de su casa.

Schopenhauer que en su Ensayo sobre las mujeres nos decía que las mujeres eran eternamente niños u hombres inconclusos, que la mujeres poseían una razón débil y tonta, que las mujeres vivían en el presente incapaces de ver el porvenir, hubiera estado contento con Charito de Al fondo hay sitio. Y miles de peruanos y bolivianos que en ella ven la mirada dulce y angelical de la ama de casa, la madre esmerada, simplemente lo apoyarían.

¿Pero los que amamos y deseamos con pasión a las mujeres pensamos igual? ¿Deseamos lo mismo para ellas... que por ser mujeres tienen que aceptar nuestra definición de la feminidad? Un trabajo realizado en Chile por una amiga francesa revelaba que para los hombres la feminidad se definía a través de dos ideales : la figura materna y la figura de la chica guapa (o mejor dicho de la chica que a pesar de fea se cuidará para parecer bonita delante de los hombres).

En otras palabras la feminidad es un criterio masculino.

Como lo decía B.E. la taxinomía, el poder y la capacidad de nombrar la cosas (de operar clasificaciones) es central en el debate y en el combate : la identidad sexual que asignamos a alguien, por ejemplo la que los hombres asignan a las mujeres es también un instrumento de dominación ...

... y la moral cristiana y la ética científica (y médica) no están tan alejadas en este tema.

Esto continuará...

(1) ¿No será que eso de que "la mujer tonta que no comprende las matemáticas" es uno de nuestros mitos machistas mas arraigados?


Escrito por

efabrizio

Descabellado filósofo nietzscheano, árduo lector de Schopenhauer y transhumanista en mis tiempos de ocio, soy un estudiante en ciencias políticas, apasionado de filosofía y antropología, siempre al tanto de los aconteceres internacionales... en especial si c


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